"Más vale aprender de pie, que aprobar arrodillado"... suena a frase de revolucionario histórico pero, en mi opinión, es una de las claves para entender la transformación del paradigma educativo que se está produciendo en el mundo líquido en el que vivimos.
Al igual que sucede con el agua de un río, la educación cuando fluye es fuente de vida y bienestar, pero cuando se estanca es un foco de infecciones y putrefacción. La educación no puede dejar de transformarse cada día, de fluir y buscar nuevos caminos que recorrer, nuevos campos que regar... no puede dejar de circular libremente por el cauce de la vida.
Si queremos cambiar la educación que reciben nuestros hijos y alumnos debemos ser valientes y afrontar importantes retos personales y plantearnos algunos dilemas éticos cuya resolución marcará el devenir de nuestra manera de educar en cualquier tiempo y lugar (ya sea en el hogar, en los centros escolares, al esperar para cruzar una calle hasta que el semáforo se ponga en verde o al utilizar las papeleras en lugar de tirar desperdicios al suelo...).
El primer reto personal que hay que afrontar es decidir qué es lo verdaderamente importante en la educación. Muchos piensan que lo fundamental es obtener las mejores calificaciones posibles pues nuestros sistemas educativos priorizan la evaluación cuantitativa por encima de la cualitativa; pero el peligro de esta opción es facilitar un aprendizaje memorístico a corto plazo que no deja casi ninguna huella una vez realizado el examen o la evaluación pertinente.
Hoy hay que ser valiente para pensar que hay otros aspectos de la educación que marcan de manera esencial el futuro académico y personal de nuestros hijos y alumnos, en palabras de Richard Gerver:
"Entonces, ¿qué tipo de personas tendrán que ser nuestros hijos? Por encima de todo, necesitarán niveles altísimos de confianza en sí mismos, tendrán que ser adaptables, capaces de utilizar su creatividad natural, y conscientes de sus propias fortalezas y debilidades. Deberán tener cada vez mayor conciencia de sí mismos a nivel emocional e intelectual, además de ser capaces de establecer relaciones de manera rápida, efectiva y a menudo 'virtual'." (en Crear hoy la escuela del mañana)
Otro de los dilemas a los que se debe enfrentar un educador es a quién le debe fidelidad, a sus hijos o alumnos o al sistema educativo imperante. ¿Lo importante es seguir los currículos y sacar buenos resultados en las pruebas de evaluación externas que nos permitan estar bien situados en los rankings? ¡No! lo importante es dotar a nuestros hijos o alumnos de las herramientas intelectuales y de carácter que le permitan aprender de forma autónoma durante toda su vida. Lo mejor de todo es que creo sinceramente que ambas cosas no son necesariamente incompatibles como lo demuestran cientos de buenas prácticas que se están desarrollando cada día en nuestras escuelas.
Hay personas que tienen miedo a romper las reglas tradicionalmente establecidas en la educación, pero con estas reglas lo único que conseguimos es multiplicar por cero las capacidades y talentos de los chavales. El otro día un profesor de enseñanza secundaria me dijo que a él no le pagaban para educar a sus alumnos sino para enseñarles Física y Química... fue justo en ese momento cuando me di cuenta de lo necesario que es romper las reglas establecidas para adaptar la educación a los tiempos presentes.
Rompiendo las reglas de la educación
domingo, 5 de julio de 2015
Con la tecnología de Blogger.
Muchas gracias por tus acertadas opiniones.
ResponderEliminarComo profesor no puedo estar más de acuerdo contigo.
Hola. totalmente de acuerdo con tu planteamiento... los primeros que se tienen que concienciar en el cambio del sistema educativo son los propios docentes. No se puede seguir enseñando con el sistema de uno habla y otro escucha porque estos alumnos se aburren. No podemos olvidar que son generaciones que ya nacieron rodeados de nuevas tecnologías, las han rutinizado en su día a día, son multitarea y se aburren enseguida... Una vez que tenemos claro que estos estudiantes no son los del siglo XX tenemos que apostar por romper las reglas porque una nueva Escuela es posible y necesaria.Los alumnos tienen que convertirse en los protagonistas y con las enseñanzas convertirlos en futuros adultos preparados para la vida... seguimos en contacto
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo! Hay tantos modelos educativos que podrían ser referentes, pero tan sólo preocupa cambiar la ley educativa cada vez que cambia el gobierno
ResponderEliminarMe parece que has dado en el clavo al decir que hay que darles herramientas que le permitan aprender de forma autónoma. Nos deben importar los niños que son el futuro, no todo lo demás.
Estoy totalmente de acuerdo. Los maestros somos educadores en todo el sentido de la palabra, no transmisores de conocimoentos. Hemos de sacar lo mejor de cada niño: creyendo en ellos, ayudándoles a conocerse mejor a sí mismos y a fomentar su autoestima. También hemos de guiarlos en el uso de herramientas que les proporcione un auténtico aprendizaje significativo. Pero me temo que mi concepto de maestra no es el que busca la administración, no doy el perfil de "preparadora de pruebas externas", ni lo deseo. Gracias porque nos animas a seguir en otra línea.
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