Parece que fue ayer... pero este es el post número 100 del blog. Para celebrarlo he decidido darle la palabra a los niños.
Hace ya algún tiempo que les pido que me hagan un dibujo (o escriban un pequeño texto) de cómo les gustaría que fuera su escuela. Sin darles ningún dato más.
Los resultados son sorprendentes y cada vez estoy más convencido de que deberíamos escucharlos siempre, que deberíamos tener en cuenta su opinión. Aunque todavía estoy recopilando información (os agradecería que me enviaséis dibujos de vuestros alumnos e hijos), no he podido resistirme a realizar un pequeño avance a modo de aperitivo:
Este dibujo es de Álex (6 años). Lo primero que llama la atención es que el edificio escolar es un castillo. Los castillos son un lugar seguro, donde Álex quiere sentirse protegido; pero los castillos también son lugares donde se viven mil aventuras, donde los protagonistas de los cuentos salvan princesas, luchan contra dragones (como el que ha dibujado en la parte superior derecha). Álex nos está pidiendo a gritos una escuela "emocionante", un lugar donde no quede ni espacio ni tiempo para el aburrimiento.
También resulta interesante apreciar que en la puerta ha dibujado a la profesora con los brazos abiertos, en actitud de acogida. Álex quiere una profesora que sepa crear vínculos con sus alumnos, que los proteja y los conduzca en las aventuras que vivirán en el castillo/escuela.
La presencia de un campo de fútbol, una piscina y una zona de juegos también es significativa. Aunque ha dibujado unas ventanas donde se ve a un alumno dando clase y a unos alumnos jugando, Álex pide un espacio donde la actividad física sea la protagonista, un espacio al aire libre, donde pueda correr, nadar, jugar...
El segundo dibujo es de Laia (7 años). Lo primero que llama la atención es que, al igual que en el dibujo de Álex, el sol ocupa un lugar preponderante. Además, Laia añade pájaros, nubes, árboles, flores, una fuente..., es decir, elementos de la naturaleza, elementos que indican la petición de no estar siempre encerrada entre cuatro paredes.
Esta idea queda reforzada por el edificio que ha pintado Laia: sólido y resistente. Laia ha dibujado las puertas cerradas y a ella y a una "princesa" en el jardín que rodea el edificio.
Las ventanas del edificio son enormes y, a través de ellas, pueden verse dos aulas muy ordenadas y decoradas con animales y pizarras.
Laia nos pide una escuela con las aulas transparentes, donde aunque las puertas estén cerradas, el alumno tenga contacto con el exterior.
El tercer dibujo es de Nerea (13 años). Para una alumna de 2º de ESO la tecnología ocupa un espacio absolutamente prioritario. Nerea quiere una clase con una pizarra digital con conexión a Internet y con ordenadores (o tablets) individuales.
La puerta del aula es un corazón enorme, con una ventana justo en medio. Nerea pide un aula acogedora, donde haya un ambiente agradable y buena sintonía entre profesor y alumnos y entre compañeros. Las flores como elemento decorativo son un indicativo de la necesidad de contacto con el exterior... aunque, como lleva ya unos cuantos años de escolarización, se ha acostumbrado a desgana a los espacios cerrados.
Para acabar el post os dejo las palabras de Edén (10 años) sobre su colegio ideal:
"Mi colegio sería ideal (...) si el patio durara una hora. Si la clase de Medio fuera más larga. Haríamos experimentos y descubriríamos piedras preciosas. Podríamos hacer juguetes con cosas recicladas. Veríamos películas.
No tendría que llevar libros y libretas para que no pesara tanto la cartera. Me gustaría que tuviéramos más clases de prácticas y menos de teoría. También nos darían clases de cocina.
Me gustaría que nos dejaran leer más libros de los que nos gustan. Y no tener tantos exámenes."
¿Qué os parece, debemos o no escuchar a los niños?
El año pasado introdujimos en el cole la asamblea de delegados, precisamente por que queremos escucharlos, y creermos firmemente que tienen mucho que decirnos y que opinar sobre el lugar donde pasan tantas horas.
ResponderEliminarFue una experiencia estupenda que continuará este curso.
La propuesta de los patios de una hora, también salió, pero con el añadido de media hora sin mayores, para que nos relajemos y estemos más contentos....
¡¡Lo que no se les ocurra!!
Feliz comienzo de curso
¡Magnífica experencia! Nuestra labor como educadores es aprender a escuchar a los alumnos. Es nuestra obligación porque no dejarán nunca de sorprendernos.
EliminarEsto es muy cierto, yo escucho constantemente las peticiones de los niños en el colegio y me he dado cuenta que son muy exigentes, no quieren perder sus horas de teatro, ni de educación física. Reclaman la hora de los juegos lúdicos que hemos implementado en el horario, alli pueden sacar sus laptops o tablets, DS, en esa hora les es permitido, jugamos monopolio, vemos películas, entramos a internet pero siempre supervisado por un maestro porque también me ha pasado que quieren ver terror o a chuqui, y eso no se les permite. Hay que cambiar la currícula y hacer todo mas vivencial.
ResponderEliminarInteresante lo de la hora de los juegos lúdicos... puede ser un espacio de aprendizaje muy potente. Totalmente de acuerdo con hacer más vivenciales los currículos.
EliminarTambién me he dado cuenta que debemos reforzar mucho el tema de FORMAR EL CARACTER, un niño inseguro, un niño aburrido, es un futuro adulto, NEGATIVO y sin ganas de emprender NADA. Pero ¿cómo formamos el carácter? dándole pautas para que sean PACIENTES, EMPáTICOS, SOLIDARIOS, ASERTIVOS, AMABLES. Sobre todo eso enseño a mis alumnos a ser amables y respetuosos con los demás. Hasta el niño más difícil he visto doblegarse ante estas enseñanzas. Se ven cambios notorios, por ello en esta hermosa profesión debemos tener mucho amor para ellos, recibirlos con los brazos abiertos, abrazarlos, darles un beso en la frente y decirles lo mucho que los amamos. Eso produce cambios notables. Aplíquenlo y verán.
ResponderEliminarEn otro de mis post escribí que "un niño que sueña es un adulto que crea". Escuchar a los alumnos es la herramienta perfecta para formar su carácter y para que no dejen de soñar.
ResponderEliminarMe encanta esta iniciativa, y debería ser puesta en práctica en todos las escuelas como parte importante de la evaluación del funcionamiento de las mismas. No hay mejor ''evaluador'' que el alumno que vive día a día la dinámica de su escuela, es tan sencillo como escucharles, si se quiere mejorar.
ResponderEliminarEstaré atenta al próximo post, a ver que siguen contando los niños. ¡Enhorabuena!
Si les damos la palabra a los alumnos debemos aprender a interpretar lo que dicen porque muchas veces lo expresan de manera distinta a como lo hacemos los adultos.
EliminarExcelente post Salvador, totalmente de acuerdo. Debemos pasar de una escuela que habla a una escuela que escucha, de una escuela que enseña a una escuela que aprende, de un alumno receptor a un alumno/a constructor y protagonista de su aprendizaje.
ResponderEliminarSaludos César. Me apunto a lo de una escuela que escucha, en constante búsqueda de nuevas respuestas a nuevas necesidades. Una escuela donde el estado natural sea la continua adapración al cambio.
ResponderEliminarDebemos, debemos. No es una utopía, se puede hacer y de hecho se hace. Los niños, tienen en su inocencia parte de la clave de su educación, ellos nos "recuerdan" para que estamos los profesores, por ellos :)
ResponderEliminarMuy buen post Salvador, es emocionante la forma en que los niños nos ven en la escuela. Nos seguimos leyendo.
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