Debemos tener presente que la tecnología, en todos los ámbitos de la vida, está transformando la manera de pensar, de trabajar y de aprender. Aunque estoy cada vez más convencido de que la tecnología por sí misma no va a cambiar de manera significativa la educación, pues para ello son necesarios cambios estructurales y organizativos.
Para conseguir cambiar la educación es imprescindible tener muy claro cómo son los alumnos del siglo XXI. A continuación, enunciaré algunas de las características más significativas que configuran (o deberían configurar) el perfil de los alumnos y las alumnas de nuestro tiempo. Son las características propias de los niños y jóvenes de un mundo con una educación cuyas bases deben ser la colaboración, la interactividad y el espíritu crítico:
1. Autoconstrucción de aprendizaje contínuo. Los alumnos y alumnas de nuestra época deben ser constructores de su propio aprendizaje. Además deben poseer las competencias que les permitan aprender de manera autónoma a lo largo de toda su vida. Ya no son solamente receptores pasivos de información sino que se han convertido en constructores de contenido.
2. Adaptabilidad. Vivimos en una sociedad en continuo cambio. Por este motivo, los alumnos y alumnas del siglo XXI deben tener la capacidad de adaptarse a cualquier nueva situación. De otro modo serían incapaces de progresar a nivel personal y social.
3. Dominio de la tecnología. Algunos consideran que los alumnos de nuestras escuelas son nativos digitales. No estoy del todo de acuerdo con esta afirmación, pero sí que es cierto que los niños y jóvenes están familiarizados con los aparatos tecnológicos en su vida cotidiana. Esto debe ser aprovechado en distintas situaciones de aprendizaje, por ejemplo: el e-learning puede permitir que los alumnos sigan cursos de su interés de contenidos que no están recogidos en los currículos escolares. Lo que puede ayudar a abrir un mundo de nuevas posibilidades a la enseñanza.
4. Empatía. Tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro, entender cómo se siente, permitirá a los alumnos del siglo XXI adquirir unos aprendizajes mucho más efectivos y poseer unas habilidades sociales que mejoraran su capacidad de participación en las instituciones.
5. Inteligencia colectiva. Muy relacionada con la habilidad anterior, la suma de las inteligencias individuales, el resultado de la colaboración entre múltiples alumnos, da un resultado muy superior a lo que puede hacer una persona por sí sola.
6. Capacidad de análisis. En un mundo donde la información es totalmente inabarcable, disponer de la capacidad de discernir entre lo que es relevante y lo que es vacuo, es una habilidad absolutamente imprescindible para los alumnos y alumnas del siglo XXI.
Conocer a nuestros alumnos nos permitirá mejorar la educación que les proporcionamos a nivel de aula, de centro y de sistema educativo.
A las puertas de un nuevo curso con los alumnos de ESO, suscribo todas y cada una de estas habilidades. Las trato de promover entre mis alumnos, no son sin confesar que sé que puedo y debo hacer mucho más. Sólo un interrogante. Si lo tenemos tan claro y sabemos qué queremos y cómo debemos conseguirlo, ¿a qué esperamos? Coincido contigo en que la relación profesor-alumno debe ser bidereccional. Es decir. En la medida en que invierto tiempo, ¡mucho tiempo! en conocer la realidad concreta-real-objetiva (no la que "yo creo que...") de mis alumnos, sus capacidades y habilidades, sus potencialidades y oportunidades, me resultará más fácil proyectar mi auténtico potencial como profesor y optimizar todas mis cualidades docentes. Mi humilde experiencia me dice que los alumnos "esperan" que se les atiendan, que se les "escuche"... Todas las habilidades que propones hay que fomentarlas e impulsarlas entre nuestros alumnos. Conclusión: yo, profesor, tengo que c-r-e-e-r en esas habilidades y en la posibilidad de sacarle el máximo partido (en mis alumnos), independientemente de sus potencialidades o dificultades. Propósito para este año: no puedo conformarme con "echar balones fuera" (un currículo extenso y tedioso, unos alumnos desmotivados, pocos recursos...). Mi mayor convicción es que "ES MI HORA...", lahora de salir de la mediocridad o simple cumplimiento, para ser, cada vez más, ese buen profesor que quieren y desean mis alumnos. Ellos, de verdad, mi primera y gran motivación y preocupación. Pero como bien dices, "tengo que conocerlos".
ResponderEliminarAmigo Agustín, estoy convencido de que conoces a tus alumnos y eres capaz de potenciar los diferentes talentos de cada uno de ellos. Me gusta tu propósito para este año, debería ser el de todos los docentes del mundo. Un abrazo
EliminarAgustín, creo que das con la "sencilla" clave para innovar y no morir en el intento: asumir la propia responsabilidad en el proceso educativo, sin "echar balones fuera", como dices.
EliminarPD: Genial e inspirador el artículo de Salva, como siempre
Gracias Alberto. Es un lujo tener comentarios de cracks como Agustín y tu... Un lujo y un privilegio
EliminarPues yo me apunto. Aprendizaje continuo, adaptabilidad, empatía... Si para mejorar en estas cosas tengo q volver a ser alumna, empiezo ya!!!
ResponderEliminarCreo que nos apuntaríamos todos!!!!
EliminarCompartiéndolo todo, les facilito un enlace a un blog que trata cuestiones relacionadas con la Educación y los cambios que están provocando las TIC en el desarrollo de los niños y adolescentes:
ResponderEliminarhttp://www.kidsandteensonline.com/
Un cordial saludo.
Muy DE ACUERDO CON TU POST DEBEMOS SEGUIR PROCURANDO SER UN DOCENTE MEJOR PARA EL BENEFICIO DE MILLONES DE GENERACIONES QUE ESTÁN POR VENIR.
ResponderEliminarMuy DE ACUERDO CON TU POST DEBEMOS SEGUIR PROCURANDO SER UN DOCENTE MEJOR PARA EL BENEFICIO DE MILLONES DE GENERACIONES QUE ESTÁN POR VENIR.
ResponderEliminarEs obligatorio para cualquiera que se dedique a educar. Saludos
EliminarUna interesante reflexión que se debería tener mucho más en cuenta.
ResponderEliminarYo añadiría una para mí muy importante: educar desde y con el corazón, transmitiendo ilusión y disfrute porque los alumnos lo captan.
Saludos.
Valioso artículo y sobre todo gran reflexión que en lo personal el ponerlo en práctica puede traerme buenos beneficios, gracias, saludos.
ResponderEliminar