Educar en estos tiempos de incertidumbre y movilidad se asemeja mucho a jugar a Candy Crush Saga (@uncandycrush).
No lo digo solo por lo adictivo que resultan ambas actividades, sino porque en Candy Crush, al igual que en la educación, cuando superas un nivel ya tienes otro nuevo por superar. Además los caramelos de colores parecen tener vida propia y no siempre hacen lo que uno pretende, igual que sucede con los alumnos de clase.
De hecho la historia de los videojuegos es un buen ejemplo de cómo debería de haber evolucionado la educación en las últimas décadas, pero no ha sido así.
Aunque es algo incierto, se considera que el primer videojuego de la historia fue una versión del Tres en raya desarrollado por Alexander S. Douglas en 1952.
Pero el desarrollo como industria sucedió en 1972 cuando se creó Pong, una rudimentaria versión del juego del tenis.
En los años 80 se desarrollaron los juegos gracias a los salones recreativos con clásicos como Pacman, Tron, Battle Zone o Tetris.
A partir de entonces los videojuegos han evolucionado de manera espectacular y se han desarrollado juegos de una complejidad y de un realismo increíbles, creándose una industria muy creativa y dinámica.
Siendo generoso, afirmaría que la educación, comparada con los videojuegos, se ha quedado en la época del Tetris. La comunidad educativa ha sido incapaz de adaptarse a los veloces cambios de la sociedad y de la tecnología incumpliendo uno de sus principales cometidos que es formar personas socialmente competentes.
Todavía existen docentes que hacen sus clases como si se tratara una partida de Pong... y eso, sin ninguna duda, es la mejor manera de desmotivar y aburrir a sus alumnos.
¡No tengamos miedo en crear una educación que sea como el más actual de los videojuegos! Ojalá todos los docentes enseñaran a sus alumnos como si jugaran a Candy Crush: nuestros alumnos, nosotros mismos y la sociedad en general nos lo agradecerán.
La información sobre La historia de los videojuegos la he extraído de www.fib.upc.edu/retro-informatica/historia/videojocs.html
No lo digo solo por lo adictivo que resultan ambas actividades, sino porque en Candy Crush, al igual que en la educación, cuando superas un nivel ya tienes otro nuevo por superar. Además los caramelos de colores parecen tener vida propia y no siempre hacen lo que uno pretende, igual que sucede con los alumnos de clase.
De hecho la historia de los videojuegos es un buen ejemplo de cómo debería de haber evolucionado la educación en las últimas décadas, pero no ha sido así.
Aunque es algo incierto, se considera que el primer videojuego de la historia fue una versión del Tres en raya desarrollado por Alexander S. Douglas en 1952.
Pero el desarrollo como industria sucedió en 1972 cuando se creó Pong, una rudimentaria versión del juego del tenis.
En los años 80 se desarrollaron los juegos gracias a los salones recreativos con clásicos como Pacman, Tron, Battle Zone o Tetris.
A partir de entonces los videojuegos han evolucionado de manera espectacular y se han desarrollado juegos de una complejidad y de un realismo increíbles, creándose una industria muy creativa y dinámica.
Siendo generoso, afirmaría que la educación, comparada con los videojuegos, se ha quedado en la época del Tetris. La comunidad educativa ha sido incapaz de adaptarse a los veloces cambios de la sociedad y de la tecnología incumpliendo uno de sus principales cometidos que es formar personas socialmente competentes.
Todavía existen docentes que hacen sus clases como si se tratara una partida de Pong... y eso, sin ninguna duda, es la mejor manera de desmotivar y aburrir a sus alumnos.
¡No tengamos miedo en crear una educación que sea como el más actual de los videojuegos! Ojalá todos los docentes enseñaran a sus alumnos como si jugaran a Candy Crush: nuestros alumnos, nosotros mismos y la sociedad en general nos lo agradecerán.
La información sobre La historia de los videojuegos la he extraído de www.fib.upc.edu/retro-informatica/historia/videojocs.html