Nada está más lejos de la naturaleza de los niños que la inmovilidad y la incomunicación, nada está más lejos de la esencia de la educación. El movimiento (la actividad física) es una parte inherente del estado natural de la infancia. La interacción, el intercambio, la comunicación y la palabra son también elementos definitorios de la infancia.
Después de lo dicho, propongo tres aspectos de la educación escolar actual que debemos cambiar de manera urgente:
1. Aulas abiertas
Los
espacios cerrados, las aulas con disposición “de auditorio”
corresponden a un concepto educativo basado en la transmisión
magistral de contenidos y en la disciplina entendida en un sentido
casi militar. La presencia del maestro encima de una tarima le otorgaba
un mando, una autoridad marcial de control, que convertía al docente
en un vigilante al que respetar a través del miedo al castigo. Pero el
auténtico respeto debe ganarse siempre a través de la admiración y nunca desde el temor.
Abrir las aulas, enseñar en espacios abiertos, abrir la escuela al mundo no es una tarea sencilla. Para empezar a cambiar nuestros centros educativos debe replantearse toda la arquitectura escolar, diseñando edificios más flexibles (que huyan del modelo panóptico de Bentham) con espacios comunes, con aulas intercambiables, con jardines, con pistas deportivas...
Actividad física constante
En lugar de estar todo el día sentados, deberíamos plantear que nuestros alumnos puedan estar en constante movimiento. Para ello, la educación física debería ser la
base de todo el proceso de enseñanza/aprendizaje en los primeros
años de escolarización (al menos hasta los 12 o 13 años).
Las matemáticas, la lengua, las ciencias... deberían enseñarse a través del movimiento, del ejercicio físico. Las clases podrían hacerse en el gimnasio, en la pista polideportiva, en el patio, en el parque. La motricidad puede ser el elemento didáctico principal para alcanzar conceptos de las distintas materias de manera que sean significativos para los alumnos.
El movimiento y el aprendizaje no son incompatibles, sino todo lo contrario.
Las matemáticas, la lengua, las ciencias... deberían enseñarse a través del movimiento, del ejercicio físico. Las clases podrían hacerse en el gimnasio, en la pista polideportiva, en el patio, en el parque. La motricidad puede ser el elemento didáctico principal para alcanzar conceptos de las distintas materias de manera que sean significativos para los alumnos.
El movimiento y el aprendizaje no son incompatibles, sino todo lo contrario.
Más y mejor comunicación
He
comentado en más de una ocasión que compartir es el verbo clave de la
educación actual. Para que esto sea posible, debemos borrar el silencio absoluto de
nuestras aulas.
Con el diseño actual de las escuelas es difícil, pero no imposible, promover el trabajo colaborativo, facilitar una disposición del mobiliario de aula que potencie el diálogo entre iguales. Hablar, dialogar, debatir... son procesos mucho más activos que el escuchar.
Una clase en la que los alumnos hablan entre ellos para realizar trabajo cooperativo no es una clase caótica, al contrario, es la situación ideal para que los alumnos aprendan.
Entiendo que muchos creeréis que los tres cambios que he planteado son una utopía, pero ¿acaso la educación no persigue alcanzar lo utópico?
Con el diseño actual de las escuelas es difícil, pero no imposible, promover el trabajo colaborativo, facilitar una disposición del mobiliario de aula que potencie el diálogo entre iguales. Hablar, dialogar, debatir... son procesos mucho más activos que el escuchar.
Una clase en la que los alumnos hablan entre ellos para realizar trabajo cooperativo no es una clase caótica, al contrario, es la situación ideal para que los alumnos aprendan.
Entiendo que muchos creeréis que los tres cambios que he planteado son una utopía, pero ¿acaso la educación no persigue alcanzar lo utópico?
No es ninguna utopía. Es muy posible y nada complicado. Eso es La Escuela!!!
ResponderEliminarPedazo de artículo... habría que intentarlo, de corazón...
ResponderEliminarEstá clarísimo, la escuela actual no funciona, hay que promover cambios, la educación está viva, el proceso está en continua transformación. Saludos
ResponderEliminarNo es una utopía. Cuando sientes que tus alumnos te respetan porque te admiran y te quieren, cuando dialogas con ellos y sobre todo los escuchas, cuando ves que están aprendiendo y disfrutan con ello, la clase no es un caos, se mueven, hablan, tú te agotas, pero eso significa que la clase está VIVA.
ResponderEliminarExcelente artículo. Los suscribo totalmente. Saludos.
ResponderEliminarDe acuerdo totalmente y en el decir es una utopía, recuerda al escrito de Eduardo Galeano sobre utopia:
ResponderEliminarElla estaba en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino dos pasos y
el horizonte se corre
diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para que sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar.
... Y justo creo que eso es lo que nos toca a nosotros, caminar, para lograr la transformación hay que transformar. Si ahorita no contamos con una arquitectura que nos lo permita, hay que generarlo.
Gracias. Saludos.
Muchísimas gracias Ligia por tus palabras y por las de Galeano... ¡qué bonito!
EliminarEstoy de acuerdo en que hay que generar las condiciones para que cambien las cosas en educación, muchas personas luchan por ello cada día. Saludos
Me gusta como piensas y como escribes. Compartimos la misma visión sobre la educación. La educación cooperativa tiene muchas ventajas aunque es complicada al principio, más que nada por tantos y tantos años que llevamos a cuestas con la educación "tradicional". Las normas básicas de esa enseñanza forman parte también de la educación en valores que también debe aprenderse: respetar el turno de palabra, escuchar lo que dice el compañero, etc...
ResponderEliminarEspacios abiertos es más complicado, pero está demostrado que al aire libre, los niños están más abiertos al aprendizaje, la práctica, el poder tocar las cosas, y preguntar sin restricciones en el mismo ambiente donde se da la clase facilita la comprensión.
Saludos
La escuela puede tener todas las cosas que necesitamos hoy en día para que los niños aprendan, para educar, para poder fomentar los valores, pero lo que nos falta es motivación, tanto a alumnos, maestros, padres ,madres, tutores, pueblo o ciudad en la que se viva.
ResponderEliminarPrincipalmente ahí que creer que se puede hacer una cosa para hacerla, sino creemos que podemos cambiar no lo haremos, por eso la motivación es tan importante.
La motivación es fundamental... para educar hay que entusiasmar y entusiamarse. Pero no olvidemos que la vocación debe ir acompañada de formación. Saludos
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