Los grandes poetas no solo pintan de colores las palabras, sino que cuando, por medio de la lectura, sus palabras penetran en nuestro interior, estallan en nuestra consciencia dando lugar a la inquietud que producen los pensamientos profundos.
Ojalá todos los diálogos entre maestro y alumno fueran así:
Escuela
MAESTRO
¿Qué
doncella se casa
con
el viento?
NIÑO
La
doncella de todos
los
deseos.
MAESTRO
¿Qué
le regala
el
viento?
NIÑO
Remolinos
de oro
y
mapas superpuestos.
MAESTRO
Ella
¿le ofrece algo?
NIÑO
Su
corazón abierto.
MAESTRO
Decid
cómo se llama.
NIÑO
Su
nombre es un secreto.
La
ventana del colegio tiene una cortina de luceros.
Me gustaría que la siguiente estampa que dibuja Lorca fuera cotidiana y viéramos salir siempre contentos a los niños de la escuela, pero no porque se escapan de ella sino porque sienten la felicidad propia de haber estado aprendiendo:
Canción primavera
(fragmento)
Salen los niños alegres
De la escuela,
Poniendo en el aire tibio
Del abril, canciones tiernas.
¡Que alegría tiene el hondo
Silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.
De la escuela,
Poniendo en el aire tibio
Del abril, canciones tiernas.
¡Que alegría tiene el hondo
Silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.
Para acabar, unos versos sacados de contexto... pero no os habéis sentido así alguna vez en vuestra labor docente:
Canción menor
(fragmento)
Daré todo a los demás
y lloraré mi pasión
como niño abandonado
en cuento que se borró.
Muchas gracias, Salvador. Nos ha parecido una entrada preciosa y muy bien traída en este día que todos celebramos. ¡Saludos afectuosos!
ResponderEliminarGenial. Muy buenos versos de Lorca. Gracias Salvador =)
ResponderEliminar