“Bienvenidos a la República
independiente de mi aula”. Parafraseando un conocido spot
publicitario de una conocidísima marca sueca de muebles, me gustaría
expresar lo que para mí es uno de los problemas más importantes de
la educación escolar: muchos profesores creen que el aula es su
reino y, en consecuencia, sus alumnos son sus súbditos. Esto les
impide trabajar en equipo con otros miembros del claustro y no tener
en cuenta los intereses de sus alumnos ni las opiniones de sus
familias, con lo que no logran alcanzar de ninguna manera el fin
último de su labor como docentes: que los alumnos aprendan.
Por otro lado, siguiendo con el símil
de esta empresa sueca, la educación actual se está “ikealizando”,
es decir, tiende a convertirse en un Ikea de enormes dimensiones
donde se pueden adquirir muebles funcionales a buen precio y
montárselos uno mismo. Internet posibilita que cada profesor
encuentre las piezas necesarias para montar sus clases de un modo
artesanal y muy funcional, teniendo en cuenta los intereses de sus
alumnos.
Pero, ¿habéis intentado alguna vez
montar un mueble de Ikea? Nunca es tan fácil como parecía en un
principio. Las instrucciones son muy sencillas y visuales, pero
cuando acabas de montar el mueble casi siempre suele sobrar alguna
pieza y muchas veces, cuando ya casi has terminado, te das cuentas de
que hay una pieza al revés y tienes que desmontarlo y volver a
empezar.
Lo mismo sucede con las secuencias
didácticas. Podemos encontrar muchas piezas y muy interesantes en la
red. Podemos utilizar herramientas tan potentes y útiles como
Tiching (@tiching), donde puedes buscar entre miles de contenidos
educativos seleccionados, valorados por otros profesores y
clasificados según el contenido y el nivel educativo al que van
dirigidos. Pero a todo eso hay que darle un sentido didáctico, una
secuencia con sus objetivos, sus criterios de evaluación y ahí es
donde empiezan, desgraciadamente, muchas de las dificultades.
Si los profesores tuvieran que
dedicarse tan solo a elaborar secuencias didácticas creo que no
habría problema alguno. Lo que sucede es que un profesor tiene un
sin fin de obligaciones a las que atender: tutorías con alumnos y
familias, papeleo burocrático a cumplimentar, mediar en
conflictos... En este sentido, no me parece una opción criticable
buscar materiales editados, siempre que se haga un uso adecuado de
ellos y no sean utilizados como sustitutos de su labor docente.
Sé que hay personas que todavía
prefieren los muebles clásicos, esos que te los montan con precisión
y, si se cuidan bien, duran toda la vida. Pero también sé que esto
no es lo más adecuado para los tiempos que corren.
En definitiva, a mí me da lo mismo
dónde “adquiráis vuestros muebles”, lo importante es que
cumplan con su cometido, que en el caso de la educación es que los
alumnos aprendan lo que deben aprender, que consigan ser mejores
personas y lleguen a ser miembros de la sociedad con espíritu
crítico y constructivo.
Como siempre... ¡genial! Una metáfora creativa e ilustrativa para educar y enseñar. Propones nuevas vías de reflexión. Personalmente, miedo me dan, porque impide conseguir los objetivos que necesitan nuestros alumnos y que responden a sus necesidades y demandas educativas, los "muebles hechos a medida", sin posibilidad alguna para la flexibilidad y creatividad. De igual manera, desechemos aquellos muebles que solemos encontrar en la rutina y el conformismo, en los "socorridos almacenes de los SALDOS mobiliarios" del sistema educativo (¡cuántos muebles sobran hoy día...!). Estos muebles sólo enseñan que en "ciertos" cajones" está la verdad y ¡sólo en ellos!, "guardando" celosamente los objetos (conceptos) de siempre, posiblemente "apolillados" por la vejez memorística. Es más. Dificultan colgar nuevas "perchas" (conocimientos) o "accesorios" (proyectos) que permitan cambiar la funcionalidad primera del mueble, según la necesidad y el momento. Prefiero comprar los "muebles" del Ikea educativo. Al menos, si me equivoco, puedo "desmontar" (enseñar) y volver a montar (aprendizaje constructivista) con criterio. Incluso si olvidase alguna regla del "manual de instrucciones" podría compartir experiencias e ideas con los que me ayudan a "montarlo" (p.e. alumnos) para que, de manera innovadora y creativa, "ikealizaramos" hasta construir el "mueble deseado". ¿Sobran piezas? ¡Tranquilos! Lo importante no es que sobren, sino que "encajen" o "no deformen" nuestro mueble, de modo que responda lo mejor posible a la finalidad para la que fue adquirido y acabe siendo, en la medida de lo posible, "multiusos". ¿Te ikealizas?
ResponderEliminarTu comentario es en sí mismo un post. Gracias Agustín
ResponderEliminarBien dicho. Los maestros mil usos, atendiendo a los objetivos que marca el Ministerio de Educacion, la escuela en particular, los padres de familia, los alumnos con sus necesidades particulares, con los libros marcados como textos con los contenidos a cubrir, pensar creativamente, y atender a tantos alumnos......, me sobran muchas cosas y no puedo concentrarme en solo el alumno que es lo que debo de tener presente.....
ResponderEliminarSaludos,
Beatriz
Molt xulo Salva, una metàfora molt adient!! aprendre ha de ser l'objectiu últim , siguin quines siguin les eines!
ResponderEliminarUn cop més, gràcies pel pots que ens fan refelxionar! és un debat important el que has obert: treball en equip, l'alumne en el centre de l'acció educativa, el projecte i els objectius educatis priomordials... Rosa Rodriguez Gascons, pedagoga
ResponderEliminar¡Qué post más bueno!
ResponderEliminarEnhorabuena Salva, nos ha encantado tu metáfora. Si bien es cierto que al principio nos hemos interesado por el post debido a la temática del bricolaje (somos una empresa experta en esta actividad y sus herramientas), finalmente hemos continuado por el atractivo del texto.
Aprendamos a encontrar muchos aspectos como el de www.deferreteria.com/ por el cual podremos ir conociendo y aprendiendo mucho más sobre ferretería.
ResponderEliminarEl mobiliario en las aulas es clave para el aprendizaje. Sillas cómodas y mesas funcionales crean un entorno propicio para la concentración y la participación, fomentando el desarrollo educativo.
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