Debería
ser obligatorio empezar así las clases cada día:
“Buenos
días, ¿os ha sucedido algo interesante? ¿tenéis interés por
hablar sobre algún asunto en particular?”
Es
incuestionable que a partir de ahí, de los intereses reales de los
alumnos, es como puede construirse mejor una sesión de aprendizaje,
o bien, como puede crearse el clima de motivación adecuado para
iniciar la labor docente.
El
problema surge cuando los alumnos están tan desorientados, tan
“perdidos” que no son capaces de encontrar motivación por nada.
Los jóvenes de hoy tienen la sensación de haber llegado a un Point
of No Return, y
si el futuro no existe, su única preocupación es vivir el momento
sin interés por nada que no sea inmediato.
En
los tiempos que corren, una de las funciones esenciales de la
docencia es recuperar la ilusión por el mañana de los millones de
jóvenes que son incapaces de vislumbrar un objetivo de futuro, que
no creen en unas instituciones que no les representan (que han
acabado con su porvenir), que no encuentran ninguna razón para
luchar por un mañana que es demasiado incierto.
Educar
a una generación “perdida” es una dificultad más en la ya de
por sí difícil tarea de educar.
Educar
a la generación del “aquí y ahora” significa intentar que los
jóvenes no queden al margen de la sociedad, no opten por una actitud
de pasotismo o de destrucción compulsiva. Nuestra obligación como
educadores es formar a estos jóvenes para que se enfrenten de forma
constructiva y con espíritu crítico a un sistema que no funciona, a
una realidad injusta que prioriza el beneficio de unos pocos en lugar
del bien común, que facilita que la riqueza se acumule en unos pocos
(poquísimos) en lugar de repartirse de una manera más equitativa y
justa.
Algunos
pensarán que este es un post “político”, pero yo creo que es un
texto pedagógico, de justicia social, que no pretende defender
ninguna ideología, sino apelar a valores humanos como la solidaridad
y la justicia.
Ya
lo he dicho en otras ocasiones, por mucho que se empeñen, la
educación debe mantener su función de equilibrio social, de
ascensor, de facilitar que no se pierda para la sociedad el talento
de ninguna persona. La función de la educación no es solo
alfabetizar, o preparar para el futuro laboral, educar es también
dar esperanza, preparar a los alumnos para un mañana mejor.
No
está dentro de las posibilidades de los docentes dotar a la juventud
de un futuro mejor, pero sí que lo está el luchar cada día para
que estos no caigan en el desánimo, en la desesperación, en el
pasotismo absoluto y dotarles de las herramientas necesarias para que
tengan espíritu crítico ante una sociedad que no funciona.
Para
ello es necesario que los docentes sean cada día más profesionales,
es decir, reciban un formación cualitativa y cuantitativamente
mejor, y, a la vez, mantengan el entusiasmo intacto... aunque esto no
sea tarea fácil en los tiempos que corren.
Qué cantidad de verdades Salvador. Tarea difícil y llena de obstáculos en esta sociedad actual, donde también abunda el pesimismo entre los docentes. Por ello creo necesaria la unión escuela-familia, para llenar cada dia de ilusión la vida de alumnos y maestros, padres y formadores.
ResponderEliminarGracias por hacernos pensar.
Belén de 2012bauldesastre.blogspot.com
La motivació és el que ens fa avançar. Estar motivat és estar interessat per alguna cosa, amb objectius a perseguir... és mot important introduir en l'educació la pedagogia de la motivació per a què la generació identifiqui i persegueixi el seu futur, un futur basat en els valors universals de la solidaritat, de l'equitat, de la convivència, del respecte... gràcies Salvador per fer-nos-hi reflexionar. Rosa Rodríguez Gascons, pedagoga
ResponderEliminarexactamente MOTIVEMOS siempre!
EliminarSalvadorj:
ResponderEliminarDe no existir una estadística en la que te hayas basado para realizar esta publicación, me animaría a decir que como adultos entendemos que los jóvenes, en su mayoría, caerán en el desánimo ya que con un poco de sentido común, y por esa lógica de "causa-efecto" estos ciudadanos que se están formando ven que a pesar de las democracias y la educación, todavía las cosas "mundialmente" no funcionan como corresponden. Pero creo que por una "virtud" de la naturaleza , los Jóvenes, son los que más esperanza tienen reservadas en su ADN. Si esto no es así entonces estaríamos todos perdidos. recordemos que nuestro ADN posee un mandato que nos mantiene vivos y con esperanza: SOBREVIVIR. Si tenemos jóvenes sanos, con nuestra guia docente van a poder cambiar el mundo. Nuestra obligación es aprovechar la realidad como disparador de aquellos cambios que ellos deben producir. Nada más. recordemos que los DOCENTES debemos hacer la "MOSTRACIÓN" de todo aquello que queremos enseñar, entonces docentes queridos MOSTRÉMOSNOS ESPERANZADOS tomando la realidad como escenarios que cambiar.
NO ROTULEMOS a nuestros estudiantes, a los jóvenes, guiémoslos hacia otros caminos mostrando los que nosotros hemos recorrido y hasta donde hemos llegado....ellos seguramente encontrarán EL TESORO. Es nuestra obligación como educadores.
Gracias por tu comentario, Claudia. Aunque entiendo (y en parte comparto tu comentario), sí que tengo datos estadísticos que muestran un cierto desánimo de los jóvenes: En España en el año 2011 la tasa de abandono escolar prematuro era del 26'5%, un 24% de la población entre 18 y 24 años ni estudia ni trabaja. La tasa de desempleo juvenil en 2013 es del 55'7%.
EliminarCuando un cuarto de la población joven de un país no acaba los estudios con los mínimos exigibles es una señal clara de que algo ocurre.
Yo también creo en la fuerza de los jóvenes... ellos cambiaran el mundo.
Salvador: Lo mismo que pasa en España pasa en nuestro país. El año pasado se conoció el dato sobre el porcentaje de deserción de alumnos que no terminan el secundario. El mismo fue del 48%....una desgracia..... Creo que el desánimo no pasa solo por cómo ven el páis y las pocas oportunidades que puedan existir, pasa creo que por la gran Brecha de expectativas que ellos tienen sobre lo que esperan de las escuelas y lo que le damos ...y ahí coincidimos TODOS. Todas tus reflexiones y posts son excelentes para debatir estas cuestiones que de la única forma que pueden mejorar es haciéndolas VISIBLES. Tu blog cumple esa fantástica función. Por ello me gusta sumarme en lo que pueda y difundir estos pensamientos entre mi comunidad como disparadores de cambios profesionales. Muchas gracias por tu participación en esta sociedad de la info y del conocimiento colectivo. Saludos.
ResponderEliminarMe parece muy claro y muy real Salvador. Coincido totalmente en tus planteamientos, el problema es que el Sistema educativo, las asignaturas y quienes nos dirigen también arruina ese tipo de iniciativas a la hora de empezar una clase al encorsetarnos en un currículo establecido demasiado cuadriculado.
ResponderEliminarLlevo un montón de tiempo este fin de semana preparando la hora de tutoría de mañana, pero después de leer esto, mañana iniciaré esa hora como tú propones.
Es complicado educar saliéndose de la normatividad, sobre todo en estos tiempos que corren donde parece que lo importante es revisar que se cumplan los planes de estudio a rajatabla.
ResponderEliminarLos alumnos han cambiado mucho en solo un par de generaciones, los métodos de enseñanza siguen siendo a la usanza parchados con reformas para meter con calzador las competencias.
Educar es complicado, educar a los jóvenes de hoy más, educar a los jóvenes de hoy sin el apoyo de los padres es una labor titánica. En mi poca experiencia en la docencia he constatado que el problema de fondo no son alumnos ni profesores, sino los padres.
Pasotismo: sepan porqué pasan las cosas o no, no les interesa.
ResponderEliminar