La
miopía educativa es un defecto en la mirada, entendida esta
en sentido amplio como la capacidad de analizar, interpretar y
evaluar la acción educativa, que impide ver con claridad lo lejano,
que provoca que el futuro se vea borroso, difuminado, incierto.
La
miopía educativa es una enfermedad que no ha sido muy estudiada,
pero que está muy extendida entre las personas que forman parte del
sistema educativo español. De hecho, entre algunos de sus miembros
se podría hablar de pandemia o de epidemia.
¿Quién
sufre esta enfermedad?
Aunque
puede afectar a cualquiera de los componentes del sistema educativo,
no lo hace con la mismo grado de intensidad:
- Legisladores educativos. En este grupo la miopía alcanza su grado más virulento. Más que una distorsión de la mirada a largo plazo, se trata de una ceguera casi total, que solo les permite distinguir sombras, siluetas... Esto tiene una enorme incidencia en sus decisiones, lo que provoca que dicten leyes pensando en los beneficios políticos particulares a corto plazo y no en los intereses generales a medio y largo plazo.Una de las características más significativas es que los miembros de este grupo no son conscientes de que tienen esta enfermedad, es más, creen que ven perfectamente, por lo que su tratamiento resulta muy difícil, por no decir imposible.
- Docentes. La miopía educativa afecta a un porcentaje demasiado elevado del personal docente. La dificultad en la visión se acrecienta con la falta de recursos, el descrédito, la falta de autoridad, la desmotivación y las erráticas políticas educativas.Al personal docente le afectan otros dos problemas de visión que también tienen una incidencia muy notable en su labor: la hipermetropía educativa y la presbicia docente o vista cansada. La hipermetropía afecta a un número menor de docentes; consiste en todo lo contrario a la miopía, es la incapacidad de ver más allá de lo próximo, de lo inmediato. La vista cansada es la consecuencia natural del desgaste propio de muchos años de profesión, por tanto, es inevitable aunque se pueden paliar sus efectos.
- Alumnos. Entre el alumnado, que es el elemento más débil del eslabón educativo, la miopía afecta de manera muy superficial. Todavía no se puede hablar de enfermedad sino de síntomas que pueden derivar en ella. La falta de motivación, de posibilidades de futuro, lleva a los jóvenes a ver muy distorsionado su horizonte. Pero solo desarrollaran la enfermedad si la sociedad no es capaz de darles oportunidades para desarrollar su talento.
- Familias. La miopía entre las familias también tiene un nivel de afectación muy importante. La familia como institución ha delegado sus obligaciones educativas, en muchas ocasiones por la imposibilidad de conciliar vida laboral y vida familiar.
¿Cómo
se corrige?
Lo
bueno de la miopía es que se puede curar, con cirugía, y también
corregir. Pero como que no disponemos de gafas, ni lentes de contacto
capaces de enfocar nuestra mirada hacia el futuro, podemos paliar las
consecuencias de la miopía educativa con:
- Formación. Es necesaria, a distintos niveles, para todos los componentes del sistema educativo. Esta formación debe ser de calidad y continua.
- Recursos. Disponer de recursos adecuados y suficientes es básico para conseguir una educación de calidad. La crisis económica no debería mermar los recursos educativos, sino todo lo contrario. Como sabemos: en educación no se gasta, se invierte.
- Entusiasmo. Es el motor del desarrollo, sin él sería complicado alcanzar los objetivos que nos propongamos.
- Adaptabilidad. Es un valor fundamental en el mundo en el que vivimos; perder el miedo al cambio facilita el desarrollo y la mejora de la educación.
- Responsabilidad. La educación es demasiado importante para la sociedad como para tratarla de manera irresponsable.
- Respeto. Valorar con justicia la importancia de la educación y la labor de las personas que se dedican a ella es esencial para tener una buena visión de futuro.
- Colaboración. Todos los miembros del sistema educativo deberían estirar del carro en la misma dirección para conseguir que avance y no estirar cada uno hacia un lugar distinto.
Sería
conveniente que todos y cada uno de nosotros revisara su “vista
educativa” periódicamente. No siempre vemos con la claridad que
creemos y la miopía nos afecta sin ser conscientes de ello.
Estaremos atentos a los síntomas, no sea que nos pillen por sorpresa... Gracias por este post tan analítico y certero.
ResponderEliminarGracias Teresa. Afortunadamente hay muchísimos docentes, familias y alumnos que tienen muy buena vista. La lástima es que no conozco ningún político...
EliminarGracias por tus palabras, Salvador. Desde,luego tenemos que mirarnos la vista a diario. Sin darnos cuenta, sólo sabemos ver a través de nuestras propias gafas y nos cuesta adaptarnos a las condiciones de luz cambiantes. Me ha gustado mucho tu enfoque y los remedios que propones para superar la epidemia.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Gracias a ti Victor. Cuesta ver las cosas desde una cierta distancias, alejarse un poco para poder verlo todo en perspectiva... Pero creo que es nuestra obligación hacerlo de vez en cuando para saber dónde estamos. Un abrazo
EliminarFantástica reflexión o ¿metáfora? de lo que ocurre en educación y de las "cortas miras" de algunos de los que dan forma a este bello arte de educar. Tomo nota para mis reflexiones con profesores y familias, especialmente, porque considero que debemos revisarnos nuestra mirada, comprobar el grado de "cansancio" de esta, y entender que nuestra mirada educativa debe ser, ante todo, poliédrica. Es más. Tenemos que tomar conciencia, muy posiblemente, de la necesidad de "ponernos unas gafas" -aunque no nos guste, nos afeen, nos incomoden...- para llegar a tener un buen enfoque, porque en ello nos va el futuro de nuestro alumnado, de nuestra sociedad. Gracias Salvador porque nos invitas a hacer "miradas creativas, realistas y efectivas" de la educación. Igual tenemos que graduarnos la vista y darnos cuenta de que, como decía la canción... "Depende, ¿de qué depende? De según cómo se mire... Por mi parte, tomo nota de los síntomas, empiezo a calibrar mi mirada y, sobre todo, desear que "no tenga baja la tensión de los ojos" y muy alta la tensión de mi corazón educativo.
ResponderEliminarComo te dije en un tuit: gracias por complementar de forma tan brillante mis escritos. Un fuerte abrazo.
EliminarDe todos los miopes, difícilmente los alumnos lean este post y revisen su vista; a los políticos ni se les ocurrirá perder el tiempo por aquí, además de que están en posesión del bien, o mejor, de los bienes; llegará a las familias, pero me imagino que sobretodo a las que verdaderamente se preocupan por ir revisando su vista y colaborando con la escuela. Quedan los docentes, a quienes su inquietud y motivación les hace llegar hasta aquí, y les sirve de reflexión, y cada uno se hará la pregunta personal: su miopía es más por factores propios o dificultad por motivos externos.
ResponderEliminarManolo, seguramente la mayoría de los docentes que llegan hasta este blog tienen la vista muy bien graduada, pero desgraciadamente son una minoría. Eso sí, todo un ejemplo a seguir.
ResponderEliminarSí, sí, de eso estoy seguro. Aunque quiero pensar que no son tan minoría, seguramente que no.
ResponderEliminarEn cualquier caso, muy acertado e imaginativo, como siempre.
Muy acertada la metáfora de lo visual. Yo me refiero a ese tipo de profesores como "profesores oblomovistas" http://sinapsisele.blogspot.com.es/2012/05/r-evolucion.html
ResponderEliminarpero me parece estupendo que lo hayas ampliado a todos los sujetos implicados en los procesos educativos.
Te sigo... :-)
Un saludo. Nos seguimos.
EliminarA veces, nuestro problema de visión se concreta en que sólo alcanzamos a ver desde septiembre a junio. En verano se nos vuelva a nublar la vista esperando a que nos digan la escuela donde iremos el curso siguiente, con quien trabajaremos y con qué nueva normativa nos enfrentaremos. A los aspectos didàcticos sólo tenemos tiempo de hacerles un guiño (con un ojo abierto y el otro cerrado), de tanto en tanto.
ResponderEliminarLa precariedad es un elemento más que puede causar miopía educativa, tienes toda la razón.
EliminarLa miopia educativa de la que nos advierte Salvador la más caustica, la más voraz és la de los Legisladores educativos, porqué a partir de su escasa visión educativa, toda la comunidad educativa se ve afectada y contaminada. Hay que atajar la raíz del problema si queremos tener una visión educativa sana y fuerte!
ResponderEliminarRosa Rodríguez Gascons, pedagoga
Qué difícil y qué necesario, Rosa!!!
EliminarHablando metafóricamente es cierto la existencia de este tipo de miopía, me agrada mucho su forma de escribir tan profesional. saludos
ResponderEliminarbueniiiiiiiiiiiiisimo artículo, me encantan todos y cada uno de ellos!!
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