Permitidme que para desarrollar este post
utilice un concepto de coaching, la zona de confort, aunque no sea un
ámbito en el que me maneje con comodidad.
No soy un gran aficionado al fútbol, pero el
interés por este concepto se lo debo a José Mourinho, entrenador del Real
Madrid. Para justificar su decisión de dejar en la suplencia a Iker Casillas
(ídolo de la afición, capitán de su equipo, campeón del mundo y de Europa),
dijo que “estar en
una zona de confort permanente no es lo mejor para ningún jugador”. Al margen de la polémica que suscitó, que
me importa bien poco, provocó en mí una fuerte inquietud por reflexionar sobre ello.
Podemos definir la zona de confort como el
conjunto de límites que la persona acaba por confundir con el marco de su
existencia, lo que le impide buscar nuevos retos, tomar iniciativas. No es
necesariamente una zona cómoda, en ocasiones aceptamos la incomodidad por
nuestra incapacidad de superar el miedo al cambio. Salir de la zona de confort
supone una lucha, una batalla contra uno mismo.
El principio en el que se basa esta idea es
que todo está en movimiento, nada es estático, y permanecer en la zona de
confort es un intento de detenerse o, al menos, de avanzar a ralentí. Salir de
la zona de confort para unos pocos “es estar vivo”; para otros, la mayoría, “es
agotador, agobiante y estresante”.
He dedicado algún tiempo a reflexionar sobre
si esto pudiera estar relacionado de algún modo con alguno de los problemas que
afectan a la educación, en general, y en particular al sistema educativo; a
pensar sobre si este es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad.
Tengo la impresión, porque no puedo aportar
datos empíricos, que un porcentaje muy importante de las persona (e
instituciones) que estamos relacionados con la educación estamos limitados por
nuestra zona de confort.
Seguramente, si eres docente y has llegado
hasta este post, no sea tu caso, pero sí que la experiencia del día a día nos
demuestra que la realidad que nos rodea tiene mucho que ver con “estar
acomodado” a un lugar de trabajo, a una manera de enseñar, a una manera de
relacionarse con el claustro... En los centros educativos esto supone una
limitación muy importante a la hora de proponer cambios en las programaciones
de centro o en la incorporación de las TIC en las aulas, por poner algún
ejemplo.
Algo parecido sucede con los alumnos. La
mayoría de ellos se limita a aprobar y no tiene interés por aprender. Están
condicionados por un sistema de evaluación que valora en función de éxito y
fracaso, midiendo de manera uniforme a personas con
capacidades distintas.
Por supuesto, las familias, en relación con
la educación de sus hijos y su implicación con la escuela, están
mayoritariamente instaladas en la zona de confort. Aunque en este caso podría
llamarse “zona de comodidad”, pues delega en los centros educativos una tarea
en la que inexcusablemente deberían implicarse, de la que deberían participar
activa y responsablemente.
En conclusión, abandonar nuestra zona de
confort y desplazarnos hasta una zona de los sueños, donde se abre
todo un mundo de posibilidades (aunque pueda producir un cierto miedo), puede
ayudarnos a conseguir nuestras metas. Establecer una pedagogía del desafío
(del reto continuo) como mecanismo para la mejora del sistema educativo puede ser
una herramienta eficaz para conseguir una educación mejor, una sociedad mejor.
Excelente mirada de la realidad que estamos viviendo. Desde la escuela, pasando por los alumnos y terminando en la familia. Soy docente (de matemática!), y me preocupa lograr interés en mis alumnos, pero como bien dices, hacer el esfuerzo para comprender la materia los aleja de esa "zona de confort" y crea resistencia. Prefieren lo mecánico a lo analítico, "zafar" a aprender.
ResponderEliminarAsí que embarcarse en esta "pedagogía del desafío" me parece una buena manera de enfrentar lo que se nos viene.
La zona de confort es una zona clásica de muchos docentes, por desgracia... ;) El libro de texto, clases expositivas, esconderse detrás de un ordenador, etc. Hace falta incentivar el riesgo en la enseñanza, ¡aunque da mucha faena!
ResponderEliminarExcelente aportación. Me quedo sobre todo con la conclusión que comentaré con mis comopañer@s.
ResponderEliminarComo muchas cosas en el mundo de la educación la motivación y el compromiso, son fundamentales.
Muchas gracias
Escribo esto tras una sesión de evaluación de alumnos de bachillerato y constato que existe y que resulta ,en estos drámaticos momentos que vivo tras la sesión de evaluación,imposible salir de ella porque perteneces a una comunidad educativa y siempre existen persona ancladas en esa posición y que consideran que ya saben todo y que no tienen nada que aprender y el problema es de los alumnos porque no estudian ,porque su comportamiento en el aula no es el adecuado ( tal vez se aburran) ...
ResponderEliminarEs para todos vosotros igual de dura la lucha?
Un saludo
La lucha siempre es dura... acomodarse es muy fácil. Hay que seguir peleando siempre con entusiasmo.
ResponderEliminarya estoy pensando en salir de esa bendita zona de confort
ResponderEliminarExcelente aportación, Salvador Rodríguez Ojaos. Considero tras leer este post y después de estudiar en diferentes asignaturas esta “área de confort" en el tercer de grado de pedagogía en el que me encuentro actualmente, que desde la escuela empezando por los docentes se debe abandonar esta área, pues lo único que nos aporta es seguridad, pero nos limita a la vez, el hecho de no poder mirar las cosas con distintas perspectivas y conocer nuevas formas de actuar. La salida de esta área supone un cambio abismal en la persona, pues debe afrontar el miedo que supone enfrentarse a nuevas situaciones y sobretodo, destacaría que la mayoría de las personas no quieren salir de esta área por el miedo a arriesgar pero como bien se conoce popularmente “quien no arriesga, no gana”.
ResponderEliminarMe gustaría hacer hincapié en la idea de que es necesario promover una actitud positiva hacia el cambio y que la mayoría de las personas salgan de esta área, sobretodo los docentes, que aún hoy en día muchos de estos por seguridad siguen realizando sus clases de forma teórica apoyados en el libro de texto, en lugar de innovar con distintas herramientas TICS y proponer una metodología más dinámica.
Encaminémonos como bien dices Salvador, hacía la pedagogía del desafío!.
¡Muy buena entrada! Completamente de acuerdo: es súper importante saber salir de la zona de confort y mucho más si es para formarte, en todos los aspectos!
ResponderEliminarAquí os dejo una pequeña reflexión sobre lo que ha supuesto para mí empezar a disfrutar de la zona de nuestros sueños. Gracias y un saludo!
https://perdidaenactualidad.wordpress.com/2016/03/14/todo-lo-que-suenas-pasa-ahi-afuera/