Aunque es cierto que, en los
últimos años, nuestros menores pasan cada vez más tiempo con sus abuelos, por la
imposibilidad de los padres de conciliar vida laboral y vida familiar, no es
menos cierto que la brecha intergeneracional no ha disminuido, que la
incomprensión entre nuestros jóvenes y nuestros mayores continúa siendo muy
importante.
La función de los abuelos es de
“guardería”, de cuidado y vigilancia, pero no tiene una intención educativa
consciente. Es más, en ocasiones, no hay sintonía entre los mensajes educativos
de los padres y los de los abuelos, convirtiéndose estos últimos en garantes de
los caprichos de los niños.
La educación intergeneracional
consiste en el intercambio de relaciones de aprendizaje y las interacciones
entre menores y mayores. No se trata solamente de que las diferentes
generaciones estén juntas, sino que se trata de dar una intencionalidad
educativa a este intercambio. No cualquier tipo de interacción provoca
aprendizaje intergeneracional; es algo más que el hecho de transmitir
conocimientos.
Los jóvenes tienen mucho que
aprender de los mayores, pero también mucho que enseñarles y viceversa. La
sociedad necesita de todos (niños, jóvenes, adultos, ancianos) para alcanzar su
máxima plenitud, es lo que desde Naciones Unidas se denomina una sociedad
para todas las edades.
Deberíamos abrir nuestras escuelas e institutos a este tipo de interacción de aprendizaje. El intercambio de experiencias educativas intergeneracional debería ser obligatorio en todos los ciclos educativos, desde la educación infantil hasta la educación superior. Un espacio en la escuela donde se empleen los conocimientos, las experiencias, las destrezas específicas de cada generación para el enriquecimiento mutuo. En este sentido, las TIC puede (deben) jugar un papel fundamental al facilitar la comunicación y el intercambio.
El objetivo es eliminar barreras,
obstáculos entre generaciones. Este tipo de aprendizaje consigue transformar la
visión negativa de la vejez (las personas mayores se vuelven más activas, menos
propensas a las enfermedades...) y dar un sentido de responsabilidad a las
jóvenes generaciones transmitiéndoles valores como la solidaridad, la
cooperación, el respeto.
Además, el aprendizaje
intergeneracional es una estrategia muy eficaz en uno de los temas más
interesantes en estos tiempos que corren: la educación permanente, pero eso lo
dejamos para otra ocasión.
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