“No podéis preparar a vuestros
alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no
creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en
ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y
desalentados en la encrucijada de los caminos.” (Celestín Freinet)
La agonía de la escuela “sin valores” es cada vez más evidente. Se ha acentuado en los últimos años por la incorporación en las aulas de la enseñanza por competencias. La educación competencial supera el concepto de instrucción incorporando también la formación del carácter: “Toda educación es para la acción y esta acción debe ser creadora.” (José Antonio Marina)
La escuela, inevitablemente, siempre ha estado alejada de la “realidad” de los alumnos, pero en la actualidad la brecha se ha convertido en un abismo. Y eso es algo que nuestra sociedad no puede permitirse. En realidad, podemos afirmar que los niños y las niñas más escolarizados de la historia son también los más desamparados, pues están integrados en una escuela severa, exigente, hostil (Francesco Tonucci) sin entender lo que reciben a cambio, si es que en realidad están recibiendo algo que les resulte significativo. Un adulto trabaja ocho horas al día a cambio de un salario, los alumnos también trabajan durante muchas horas y casi siempre perciben que no reciben nada a cambio.
Por ese motivo muchos alumnos abandonan la escuela y lo hacen como un fracaso, como si hubieran sido derrotados. Esto los pone en una situación de desamparo difícil de asumir. Según datos de la Unesco: 31 millones de niños abandonaron la escuela en el mundo durante el año 2011. ¡El dato es demoledor!
He tratado en otras ocasiones cómo debe cambiar la escuela para acercarse a los alumnos. Hoy quiero tratar los 10 valores (aunque puede haber muchos más) que, en mi opinión, son esenciales en la educación del siglo XXI:
Cualquier
proceso de enseñanza/aprendizaje transmite algún contenido, pero
inevitablemente también algún valor. Aún cuando la educación se entienda como mera
instrucción, se transmiten valores. Paradójicamente, el mismo hecho de intentar
educar de forma neutra, sin transmitir valores, es una forma de transmitirlos.
La agonía de la escuela “sin valores” es cada vez más evidente. Se ha acentuado en los últimos años por la incorporación en las aulas de la enseñanza por competencias. La educación competencial supera el concepto de instrucción incorporando también la formación del carácter: “Toda educación es para la acción y esta acción debe ser creadora.” (José Antonio Marina)
La escuela, inevitablemente, siempre ha estado alejada de la “realidad” de los alumnos, pero en la actualidad la brecha se ha convertido en un abismo. Y eso es algo que nuestra sociedad no puede permitirse. En realidad, podemos afirmar que los niños y las niñas más escolarizados de la historia son también los más desamparados, pues están integrados en una escuela severa, exigente, hostil (Francesco Tonucci) sin entender lo que reciben a cambio, si es que en realidad están recibiendo algo que les resulte significativo. Un adulto trabaja ocho horas al día a cambio de un salario, los alumnos también trabajan durante muchas horas y casi siempre perciben que no reciben nada a cambio.
Por ese motivo muchos alumnos abandonan la escuela y lo hacen como un fracaso, como si hubieran sido derrotados. Esto los pone en una situación de desamparo difícil de asumir. Según datos de la Unesco: 31 millones de niños abandonaron la escuela en el mundo durante el año 2011. ¡El dato es demoledor!
He tratado en otras ocasiones cómo debe cambiar la escuela para acercarse a los alumnos. Hoy quiero tratar los 10 valores (aunque puede haber muchos más) que, en mi opinión, son esenciales en la educación del siglo XXI:
1.
Flexibilidad:
Perder el miedo a los cambios, adaptarse a ellos. Es un valor imprescindible para
las personas en esta sociedad en las que los cambios se han acelerado
exponencialmente. Implica también que la educación debe ser continua, se
aprende durante toda la vida. “Nada es permanente a excepción del cambio.” Heráclito
2.
Curiosidad:
Tiene que ver con el espíritu investigador, con las ganas de conocer lo que nos
rodea. Es el motor del aprendizaje. “El aburrimiento se cura con curiosidad. La
curiosidad no se cura con nada.” Dorothy Parker
3.
Autonomía:
Ser capaz de hacer ciertas cosas por uno mismo, sin depender de nadie. También
tiene que ver con tener ideas propias. “La gente suele decir que tal o cual
persona no se ha encontrado todavía a sí mismo. Pero la autonomía no es algo
que uno encuentra, es algo que uno crea.” Thomas Szasz
4.
Emprendimiento:
Muy relacionada con la autonomía, es la capacidad de actuar responsablemente
sabiendo lo que se hace (proyecto) y prever las consecuencias. “Emprender, una
forma de ser, una forma de hacer, una forma de vivir... una forma de enseñar.”
Maria Batet (@mariabatetr)
5.
Creatividad:
Dar soluciones distintas a situaciones comunes o buscar respuestas a nuevas
situaciones. Significa buscar nuevos caminos, cambiar la mirada, la
perspectiva... “La creatividad se aprende igual que se aprende a leer.” Ken
Robinson
6.
Tolerancia:
Es la base para la vida en sociedad. Es tener respeto por las personas con las
que convivimos aunque puedan tener diferente cultura, religión, opiniones políticas... “Todos estamos llenos de
debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías: es ésta
la primera ley de la Naturaleza.” Voltaire
7.
Cooperación:
Colaborar con los demás, compartir ideas, opiniones... nos hace mejores, da
mejores resultados. La cooperación tiene más sentido cuando siendo autónomos
elegimos compartir. “Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no
puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas.” Madre Teresa de Calcuta
8.
Responsabilidad:
Ser conscientes de que lo que hacemos o lo que dejamos de
hacer puede tener sobre los demás o sobre uno mismo ciertas consecuencias. “La libertad significa
responsabilidad. Es por eso que la mayoría de los hombres la ignoran.” George
Bernard Shaw
9.
Transparencia:
Ser honesto con uno mismo y con los demás. Es un valor fundamental para
trabajar en equipo. “Lo que las leyes no prohiben, puede prohibirlo la
honestidad.” Lucio Anneo Séneca
10.Entusiasmo: Es lo que nos impulsa a actuar, a llevar a cabo cualquier proyecto. “No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura." Rubén Dario